domingo, 5 de noviembre de 2017

Respirando bajo el suelo.

Nací el día que te acercaste a mí para que yo me perdiera
[entre tus ojos.
Esa era una batalla que tenías ganada antes de empezar.
Todo lo que vino después sólo fue el pretexto inventado para que yo me imaginara en mil escenarios distintos nuestro primer beso.
O para intentar justificar de cualquier manera que todas las canciones que escuchaba me recordaban a nosotros.
Y tu despedida hizo que aquel verano fuera invierno
[sin ti.


Acepté tu adiós como una declaración de intenciones de las que yo ya no formaba parte.
Pasaron los meses y pese a que ya no estabas seguían sonando nuestras canciones.
Aunque ahora fuera para que las bailaras
[con otros.
Nadie me advirtió que volver a verte después de tanto tiempo me haría sentirte aún más lejos de lo que ya estabas.
Y tampoco me avisaron de que escribirte iba a ser mi única baza en la guerra que nunca más
[íbamos a luchar.


Estuve un tiempo respirando bajo el suelo, anclado a las raíces que un día quisimos
[echar juntos.
Esperando a que algún día sin saber cómo ni por qué tropezaras con mi ausencia, y te diera por preguntarte el qué será de mí.
Y volví a nacer el día que volvimos a darnos nuestro primer beso mucho después de nuestro primer beso.


Y desde entonces
me ha faltado oxígeno
para no ahogarme
cada vez que tengo lejos tu aliento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario