Nací
el día que te acercaste a mí para que yo me perdiera
[entre tus ojos.
Esa
era una batalla que tenías ganada antes de empezar.
Todo
lo que vino después sólo fue el pretexto inventado para que yo me imaginara en
mil escenarios distintos nuestro primer beso.
O para intentar justificar de cualquier manera que todas las canciones que
escuchaba me recordaban a nosotros.
Y
tu despedida hizo que aquel verano fuera invierno
[sin
ti.