Todavía vuelvo a nuestras
fotos
de vez en cuando.
Ya sólo te veo a ti,
esto es importante.
Aunque ya mucho menos
de lo necesario
que se volvió en un día
cualquiera,
en mi rutina de echarte
de menos.
No he tenido aún la
valentía de eliminarlas.
Pero llegados a este
punto
creo que el mayor acto
de coraje
es no haberlas puesto a
arder con tus recuerdos.
Algo estaré haciendo
bien.
Ya no tienes la misma
sonrisa,
y eso que nadie se ha
atrevido a retocarlas.
Tus ojos ya no brillan
tanto como antes,
y no es porque hayan
perdido color.
Ni siquiera salimos tan
juntos como acostumbrábamos,
pese a ser el único
lugar
en el que no te has marchado de mi lado por completo.
Ahora, miro nuestras
fotos
y lo único que
encuentro en ellas
es la historia de dos
cuerpos
que no estaban destinados
a aparecer juntos en el mismo papel.
Ahora,
miro nuestras fotos,
y sólo aparecen
imágenes borrosas.
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